Dios cuan dulce es mi dormir
no sólo por el sueño en sí
de aquesta cárcel sensorial salir
por un instante liberar el Ser
del Mundo-Sueño-Lodazal partir
pues ya no alcanzo sino a desear
el mármol de mis penas quebrar
de éste barro temporal huir
Dios cuan bello es mi acostar
si el sueño hermano es del bien morir
¿quién querrá ya despertar?
- C -
Nos sorprende usted hoy, don Carlos, a lo Santa Teresa: Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no muero
ResponderEliminarLo cierto es que, teniendo en cuenta el Lodazal en el que vinimos a caer, soñar con ese otro mundo, más allá de lo sensorial, del sufrimiento y las penas, es una buena forma de esperar... Sí, de esperar, ¿no?, porque por muy embarrado que esté este mundo, ya tendremos toda una eternidad para gozar de ese otro que aguarda. Seamos pacientes... ;-)
Estupendo poema. Una vez más me descubro ante usted, don Carlos.
Un abrazo.
Una buena aceptación de la muerte, pero recordemos que la vida también es bella, busquemos la belleza de vivir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un profundo y filosófico pensamiento.
Hasta pronto.
Muy bello poema pero más vale malo conocido que bueno por conocer, Mejor espera que la vida es una de cal y otra de arena. Siempre hay algo para disfrutar. Un abrazo.
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